¿SE ESTÁ INNOVANDO DE VERDAD? /
Cambio y coherencia.
Por Antonella Fayer
¿Sabéis esa sensación de ir con ganas a una conferencia, sacar la tablet para anotar ideas…retwittear… y que al ratito de estar escuchando, y no haber apuntado nada, empieces a abrir los ojos de sorpresa y no de la buena?
Pues así estaba hace unos días, mientras asistía a unas conferencias sobre innovación.
En realidad lo que quiero contaros es una reflexión sobre los principios de la innovación, pero antes os contaré brevemente cual fue esa sorpresa.
Mientras estaba sentada escuchando a referentes hablar de innovación, sólo podía pensar en la sensación de incoherencia que sentía. Incoherencia entre el contenido del discurso y la puesta en escena del ponente. Y es que hablar de innovación, en un Aula Magna, detrás de un atril, siguiendo un power point «clásico» a las espaldas durante dos horas inmóvil, lo siento pero no puede ser.
¿Cómo vamos a innovar así? ¿cómo va a calar el mensaje si queremos hablar de cosas diferentes haciendo siempre lo mismo? ¿cómo provocar cambio y movimiento desde lo estático?
Se estaba hablando de innovación como se podría estar hablando de ciencias naturales o de cómo hacer cocinas, es decir, lo que a mi me llegaba era frase tras frase «sin más», no sentí en ningún momento que el mensaje estuviera interiorizado ni que de verdad se creyeran lo que estaban diciendo, y ya no hablemos de si inspiraban o no! tenían preparado el discurso que tenían que dar para quedar bien y parecer que estaban innovando en sus organizaciones.
No es la primera vez que tengo esa sensación, la dificultad de pasar de la teoría a la práctica como comentaba en otro post: “Año tras año seguiremos asistiendo a conferencias en los que se plantearán los mismos problemas de manera recurrente, y se hablará de teorías no aplicadas en nuestro día a día”.
Soy de la opinión que el cambio empieza por uno mismo con coherencia y más tratándose de innovación y nuevas formas de pensar. Por lo menos a mi cuesta mucho que me hablen de innovación y cambio si el que lo proclama no lo está haciendo. En las empresas lo veo muchas veces, cómo se les llena la boca repitiendo que hay que innovar mientras caminan sobre seguro para no equivocarse y reaccionan contra comportamientos e ideas innovadoras o por lo menos diferentes.
Ésta era la reflexión que quería compartir antes de contaros estos principios de la innovación que nos pueden ayudar a provocar cambios reales y no quedarnos en la teoría incrédula como en el caso de la conferencia que os cuento:
La innovación es abierta, comparte todo: Se dedica más tiempo a proteger que a crear nuevas ideas, y más dentro de las organizaciones donde la falta de confianza impide la co-creación y el compartir conocimiento.
La innovación tiene que ver con personas: Todos podemos y debemos innovar, no es algo para unos elegidos, el principio básico de la innovación es estar abierto y receptivo a lo que ocurre a tu alrededor. Las grandes ideas aparecen por la interacción de mentes despiertas e inquietas.
La innovación está relacionada con la innovación: Parece un juego de palabras pero no lo es, tiene que ver con lo que decía anteriormente de la coherencia, los entornos tienen que propiciar momentos de innovación, los líderes deben apoyar y desarrollar la innovación, las metodologías de trabajo y de incentivos deben acompañar a la innovación.
La innovación no está en contra de los datos: Y más en esta era de “BigData” donde tenemos una cantidad de datos sobre los que pensar diferente, incluso correlacionar datos que aparentemente no tienen nada que ver.
Momento ¡Eureka! O corazonadas a paso lento: Un problema que hay es que a las personas les gusta resumir sus historias de innovación en términos de tiempo (momento eureka) “estaba allí sentado y de repente di con ello), pero si uno mira atrás se da cuenta que esa buena idea ha tenido un largo tiempo de incubación “Corazonadas a paso lento”. Se necesita tiempo (de calidad) para desarrollar las ideas, las corazonadas. Las organizaciones no ayudan a desarrollar ideas a largo plazo, viven en la inmediatez y van a ritmos en los que se hace muy difícil pararse a pensar.
La cultura del fracaso. Equivocarse no es fracasar. En las organizaciones tenemos mucho miedo al error, incluso en muchas se castiga… Lo importante es aprender de los errores y no paralizarnos por el miedo a ellos.
Piensa en grande, pero comienza por lo pequeño. Es bueno tener planes ambiciosos e ir a por todas, se necesitan visionarios y transformadores, pero siendo a la par conscientes de los pasos a dar y el proceso a llevar: asignar personas, valorar los recursos necesarios y planificar para que se cumpla.
Dentro de las organizaciones se quiere innovar cada vez más, creo que no todas quieren pero saben que deben, lo que si es cierto es que las organizaciones que quieran mantenerse vivas tendrán que cambiar al ritmo de su entorno, les guste o no.
Para que eso ocurra es necesario que la organización sea un entorno de confianza en el que estén minimizados los egos individuales y aumentados los egos colectivos que compartan y crezcan, y sobre todo tener una cultura de liderazgo innovador que impulse esos comportamientos.
El reto de los nuevos líderes es la transformación y el cambio organizativo. Se necesita una generación de líderes que potencie los comportamientos que permiten en el día a día la innovación. Por eso desde FayerCoach trabajamos con las organizaciones para conseguir un liderazgo transformador que construya y acompañe culturas innovadoras.